Talento y éxito - tres preguntas simples

13.02.2023

     Cada uno de nosotros tiene talento, aunque no todos tenemos talento para todo. Cuando nos sentimos un poco perdidos al buscar un nuevo camino de desarrollo profesional o al pensar en el futuro de nuestra carrera, es importante reflexionar sobre las habilidades y competencias que poseemos. Para identificar nuestras fortalezas y decidir qué rumbo tomar, tres simples preguntas pueden ayudarnos:

  1. ¿Qué nos gusta hacer?

  2. ¿En qué somos buenos?

  3. ¿Qué valoran los demás en nosotros?


     Cuando las respuestas a estas preguntas no se alinean, puede surgir un conflicto. Para evitar malentendidos, el talento se entiende aquí como las habilidades y competencias que nos permiten destacar en el contexto profesional. No se refiere a un Talento con mayúscula que asociamos a artistas y genios. El talento en este sentido no son habilidades innatas o extraordinarias, sino todo aquello que adquirimos a través del aprendizaje, el trabajo y la experiencia (aunque ciertas predisposiciones naturales también tienen su importancia).

Regresando a las tres preguntas clave, la primera que debemos hacernos es: "¿Qué nos gusta hacer?" ¿Qué nos brinda satisfacción genuina, cuál es nuestra pasión? Esta es la base y condición para poder desarrollarnos en esa dirección. Podemos estar muy motivados y comprometidos con una actividad, pero, primero, la motivación es de naturaleza inestable. En momentos de cansancio o cuando se acumulan problemas, perdemos la motivación si no va respaldada por un interés genuino en lo que hacemos. Lo que nos inspira y del que derivamos placer suele ser más duradero y resiste los altibajos temporales.

La segunda pregunta es: "¿En qué somos buenos?" Incluso si amamos hacer algo, pero esto no se refleja en los resultados reales de nuestro trabajo, no destacaremos entre los demás. La inspiración es el primer requisito, pero para cumplir el segundo, se necesita trabajo, esfuerzo y perseverancia. Busquemos modelos, aprendamos de otros, experimentemos; solo así la pasión se transformará en algo más.

Por último: "¿Lo que hago aporta valor a los demás?" Recuerdo que no estamos hablando de artistas cuyo genio a menudo es apreciado después de su muerte. Cuando queremos convertir nuestro talento en un éxito real, también financiero, necesitamos que sea reconocido y valorado por otros. Así que vale la pena preguntarse, ¿lo que hago es necesario para los demás? ¿Tiene un significado real para ellos? ¿Estarían dispuestos a pagar por ello?

Es posible que tengas una pasión, que seas bueno en algo y que muchas personas en tu entorno valoren lo que haces y te apoyen en ello; sin embargo, sin relacionarlo con las necesidades actuales del mercado, es difícil esperar un éxito financiero tangible.

Por otro lado, en el caso de que te destaques en algo y tu entorno aprecie tu trabajo, también obtendrás beneficios financieros, pero si te falta pasión y compromiso, es un camino directo hacia el agotamiento. Es difícil renunciar a algo que aporta resultados tangibles, pero con el tiempo te costará cada vez más.

En el caso de que ames lo que haces y los demás lo aprecien y lo reconozcan, pero no te destaques en nada, el éxito será muy inestable. Tarde o temprano aparecerá alguien que ocupará tu lugar.

En resumen, merece la pena hacerse estas tres preguntas y, si la respuesta a todas ellas es SÍ, tenemos una mayor probabilidad de que nuestro potencial se convierta en talento y un éxito real.