La curiosidad - el primer paso hacia... la felicidad
La curiosidad - el primer paso hacia...
la felicidad, la sabiduría y la juventud. Aunque los proverbios nos digan lo contrario, las investigaciones psicológicas confirman la importancia de la curiosidad como rasgo para una vida larga y satisfactoria. Además, la curiosidad es una característica innata que podemos cultivar a lo largo de toda nuestra vida.
Nacemos curiosos del mundo. Los niños aprenden jugando y descubriendo cosas nuevas, fenómenos y explorando el entorno que los rodea. Aceptan los cambios con una naturalidad que a menudo falta en los adultos. Un niño se detiene ante algo nuevo e incomprensible, hace preguntas, indaga; en cambio, el adulto a menudo se indigna cuando algo no se ajusta a su guion preestablecido.
Sin embargo, la curiosidad es una de esas características que influyen significativamente en la duración y calidad de nuestra vida. Los psicólogos de la psicología positiva, Seligman y Peterson, al analizar la vida y obra de las mentes más grandes de la historia, identificaron 24 fortalezas de carácter, de las cuales la curiosidad se encuentra entre las cinco más correlacionadas con la sensación de felicidad y plenitud.
Las investigaciones sobre la curiosidad llevadas a cabo en entornos de laboratorio y de manera transversal confirman su relación con la longevidad: las personas curiosas viven en promedio cinco años más, independientemente de otros factores como el estado de salud (Todd Kashdan). Se ha demostrado que la curiosidad influye en la capacidad de aprendizaje, manejo del estrés y establecimiento de relaciones sociales. Las personas curiosas se caracterizan por una mayor apertura, flexibilidad de pensamiento, capacidad de adaptarse a diversas situaciones y confianza en sí mismas, así como por un menor nivel de ansiedad. A nivel neurocélular, esto se refleja en un mayor nivel de dopamina y endorfinas, que tienen un efecto neuroprotector.
Tedd Kashdan, quien ha dedicado numerosos estudios a la curiosidad, propuso una interesante clasificación de los tipos de esta característica. Aunque todos somos curiosos, nos diferenciamos en la forma en que la curiosidad nos permite conectar con el mundo y resolver problemas. Por lo tanto, podemos distinguir cinco tipos de curiosidad:
Curiosidad placentera: es el tipo que asociamos con el prototipo de curiosidad; es la búsqueda de nueva información, conocimiento y habilidades, impulsada por la necesidad de aprender algo nuevo.
Sensibilidad a las carencias: este tipo de curiosidad tiene una carga emocional diferente y está más relacionada con la necesidad de resolver un problema.
Tolerancia al estrés relacionado con la incertidumbre, una nueva situación o cambio: se activa cuando superamos el miedo asociado al cambio y ayuda a construir resiliencia ante condiciones cambiantes y inciertas.
Curiosidad social: es aquella que nos motiva a observar a otras personas, cómo viven, piensan y sienten. Este tipo de curiosidad se manifiesta, por ejemplo, en el seguimiento de las redes sociales.
Búsqueda de emociones: es la capacidad de asumir riesgos (personales, financieros o físicos) para explorar nuevas experiencias que proporcionan emociones (deporte, viajes).
Cada una de estas dimensiones de la curiosidad nos permite desarrollar diferentes rasgos y habilidades. Las personas con un alto nivel de curiosidad social suelen ser más empáticas y mejores para resolver conflictos; aquellas que son sensibles a las carencias pueden aprender a resolver problemas y tareas específicos; mientras que los "curiosos placenteros" permanecerán eternamente fascinados por el mundo que les rodea.
La curiosidad es importante y necesaria, y afortunadamente podemos cultivarla y desarrollarla a lo largo de nuestra vida. Cada día podemos practicar nuestra capacidad de asombro: descubrir nuevos lugares en nuestra ciudad, elegir nuevas rutas, buscar nuevas herramientas, como aplicaciones. Es importante hacer preguntas y mantener una constante disposición para aprender. Cada error, cada contradicción, cada cosa incomprensible puede ser vista como una oportunidad para aprender algo nuevo. En lugar de luchar contra la realidad, descubramos sus complejidades. En lugar de pensar en lo que queremos decir, escuchemos y prestemos atención a los demás. La curiosidad es el primer paso hacia el conocimiento del mundo y de uno mismo.